Desde pequeña, he tenido muchas inquietudes acerca de ¿cómo lograr resolver los retos que como humanidad nos ha quedado grandes resolver? Empecé mi vida de voluntaria a los 11 años, en dónde tuve la oportunidad de conocer personas maravillosas que vivían en condiciones bastante difíciles. La pobreza, el hambre, la falta de oportunidades siempre me parecieron problemas complejos, y me hicieron cuestionar sobre quién toma las decisiones en el mundo y cómo uno puede generar cambios estructurales, reales y profundos, para aquellas personas que viven en condiciones socioeconómicas difíciles.

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Con estos cuestionamientos seguí conectando con personas y comunidades en distintos lugares de Colombia, América Latina y el resto del mundo. Siempre motivada por generar cambios reales, me dediqué a entender el por qué las organizaciones no crecían y escalaban, tenían retos serios de movilización de recursos y siempre operaban desde la carencia y la falta de posibilidades.

De esto, realicé una investigación en dónde observé, entrevisté a más de 2.000 entidades y redacté un reporte de la naturaleza de las organizaciones sociales en América Latina, identificando sus retos y oportunidades para maximizar su impacto. El poder está en los liderazgos que se transforman con los años, que se nutren de aprendizajes y que generan confianza. Las personas latinoamericanas, son resilientes y recursivas, hacen mucho con muy poco y eso es una cualidad, más que un reto. Es así como desde siempre, he observado, escuchado y trabajado con y por las personas en distintos lugares y espacios